¡¡¡¡NUEVO RELATO!!!!: Reencuentro con mi amor adolescente
El antiguo jardín
no se había tocado desde el siglo XVIII cuando se creó en la parte oeste de la
ciudad, convirtiéndose desde el principio en el escape de las parejas para
tener su rato íntimo, aunque últimamente era un nido de drogadictos, botelleos
desenfrenados y encuentros sexuales a plena luz del día.
El Ayuntamiento
presentó un proyecto de ampliación y limpieza que nos ilusionó a una gran parte
de la ciudad lo que nos convenció para cambiar de administración, dado que la
anterior, que ya llevaba ocho años en el poder, jamás hizo nada por mejorar el
gran pulmón y lugar de reunión de una ciudad sumida en un letargo de conformismo
implícito a la creciente corrupción que ya veíamos como algo normal.
- Vamos a subir por la parte nueva
Jaime. Isabel se veía emocionada por ver toda la
ampliación en la ladera.
Era lo mas parecido
que podíamos hacer para practicar senderismo por la ciudad, una actividad que
nos encantaba pero que no podíamos realizarla frecuentemente dada la lejanía
del monte y a mis 22 años todavía estaba como ayudante de contabilidad en una
empresa familiar y el sueldo aún no daba para sacar un coche, apenas para mis
gastos de ropa que francamente me importaba mas que desembolsar un gran
porcentaje de mi sueldo anual para adquirir un utilitario que con honestidad no
me hacía falta, pues mi entorno laboral y mi vida diaria estaban concentradas
en muy poca distancia.
La ladera ofrecía
una pendiente considerable pero el exquisito gusto de la decoración, toda
influenciada por el romanticismo, invitaba a seguir por esos rincones
verdaderamente idílicos. Setos perfectamente cortados, bancos de diseño
vanguardista que contrastaban perfectamente, tachuelas de sombrío encantadoras…
Era un verdadero placer pasear a pesar de los casi 30º que aún presentaba la
tarde incluso estando a punto de empezar a anochecer. Era sofocante. Ese verano
se rompieron todos los records de altas temperaturas y nosotros lo estábamos
sufriendo en primera persona.
- Descansamos un
poco y subimos hasta el lago Isa, que dicen que está bien bonito a esta hora.
- Vale, pero nos
quedamos sólo un rato que ya va a anochecer enseguida.
Me advirtió para quitarme la cabeza por si tenía pensamientos de sexo al aire
libre.
La visión del
pequeño lago artificial cuando llegamos a lo más alto de la ladera nos hizo
olvidar el cansancio acumulado y disfrutar de la vista admirados por lo que
allí habían hecho. Todo un lago enorme rematado en las orillas con pequeñas
laderas de césped para descansar o hacer picnic y habilitado con alguna que
otra mesa de piedra para la comodidad de los visitantes, un autentico lujo.
El lago sorprendía
con unas entradas a unos rincones más íntimos que no perdimos la ocasión de
visitar mientras mis manos tocaban lascivamente la espalda de Isabel hasta que
al llegar a uno de esos rincones se sobresaltó.
Una pareja se
revolcaba en el césped desenfrenadamente e Isabel se volteó avergonzada por la
visión mientras yo no podía apartar la mirada de ellos. Isabel no se percató
pero eran dos muchachos de unos 19 o 20 años dando rienda suelta a sus hormonas
tranquilamente y sin pensar que a ese sitio llegaría alguien más.
- Son dos chicos
Isa, rodeemos por este lado para que no les molestemos.
- ¿Chicos? ¡Que
asco joder!
- ¿Asco? Están
haciendo lo mismo que tu yo hacemos cuando nos da la gana. No entiendo ese asco
que dices.
- ¡Venga ya
Jaime!, son dos tíos… ¿o es que eres de esos modernos que todo lo ve bien?
- No sabía que
eras tan retrógrada Isa, a mi me la suda que sean lo que quieran, si lo hacen
en libertad ¿a mi que mas me da?
- ¡Me dejas con
la boca abierta Jaime! No me digas que ves bien que estén ahí en medio donde
cualquiera los puede ver, que se vayan a un hotel.
- ¿Entonces si
fuésemos tu y yo si lo verías bien?
- Eso al menos
sería normal.
- Normal no Isa,
sería lo convencional y realmente creía que tú no eras convencional, por eso me
gustabas.
- ¿Qué quieres
decir?
- Nada,
dejémoslo, vamonos ya que nos anochece aquí.
Nuestra discusión
no pasó desapercibida para los chicos que recogieron sus cosas y tomaron el
mismo camino que nosotros pero guardando una prudencial distancia mientras Isa
y yo continuábamos con nuestra agria conversación cuando uno de los chicos muy
educadamente se acercó para pedir disculpas por si nos había molestado, algo
que vi totalmente innecesario pues fuimos nosotros los que irrumpimos en su
intimidad.
- Hay que tener
un poco de vergüenza niños, vais a convertir este sitio en lo que era antes,
una pocilga. Isa descargó su frustración con el
muchacho, lo que consiguió enojarme más aún.
- Isa, deja de
decir estupideces y cierra la boca, adelántate que ahora te alcanzo. Enérgicamente la voceé y su cara mostraba la incomprensión del
momento.
Hablé con el
muchacho y le pedí disculpas por el comportamiento de Isabel comentándole que
no sabía que pensaba así; “sino ni de coña me junto con esa pava. De hecho creo que acabo de terminar con ella”.
La bajada hacia la
ciudad fue de lo más agradable conversando con los dos chicos que amablemente
intentaban que recapacitara sobre la decisión de terminar con Isabel, pero ya
estaba tomada y tenía claro que acompañándola a su casa le diría que no quería
volver a salir con ella.
Juan Carlos y Koldo
quedaron conmigo en invitarme, después de dejar a Isa, a unas copas para pasar
el mal trago de terminar con la chica con la que duré casi seis meses y que me
demostró en nuestra visita al parque que vivía en otra época bastante atrasada a
la mía.
Con tres vodka con
naranja ahogué el olvido de Isa mientras mis nuevos amigos me incitaban a
seguir la fiesta en la zona gay de la ciudad. Nunca había ido pero mi mente
abierta y mi natural curiosidad, junto con el alcohol hicieron el resto para
sin darme cuenta estar rodeado de humo y hombres bailando entre ellos
totalmente desinhibidos en una explosión de alegría verdaderamente contagiosa.
Koldo abrazaba y
besaba desenfrenadamente a Juan Carlos mientras bailábamos lo que me hizo
sentir un poco incomodo y para darles intimidad me retiré a una de las barras a
descansar mi alto grado de alcohol cuando justo al lado mío apareció uno de los
muchachos que previamente me habían presentado mis nuevas amistades.
Julen lucía un
cuerpo perfectamente trabajado en sesiones diarias de gym y su elocuencia junto
con su amabilidad hacía estar bien cómodo a su lado.
- ¿Demasiada
bebida? Julen observaba mi inestabilidad en la silla
alta de la barra.
- Creo que ya
llegué al tope, y esta locura de luces y música no ayudan mucho. Me sinceré.
- Ven, te llevo
a la terraza de arriba que te de el aire un poco y se está mas tranquilo.
La terraza
presentaba unos rincones íntimos preparados para si la necesidad de sexo era
apremiante lo que no me importó, solo quería alejarme del ruido y las luces
para intentar recuperar un poco mi maltrecha cabeza de tanta locura vivida en
el interior de la discoteca.
Las manos de Julen
sobre mis sienes servían de antídoto mientras intentaba recuperar mi compostura
cuando sin esperarlo sus labios intentaban abrir mi boca para jugar con mi
lengua, que instintivamente respondió al reclamo.
- Me gustas
Jaime, aunque se que no eres gay. Discúlpame si me he sobrepasado.
Solo pude
responderle con una sonrisa sin saber que decir, mi excitación estaba
despertando y el más claro ejemplo era que mi verga respondía con una evidente
erección, la cual no dejaba de mirar.
Sin saber porqué,
cogí la mano de Julen y la dirigí hacia mi entrepierna invitándole a sobar mi
polla que estaba que explotaba.
Mientras su mano
entraba bajo mi pantalón mi lengua no podía parar de jugar con la suya
entregándome a un placer que no recordaba hasta que eyaculé mientras Julen
dulcemente me masturbaba.
Eso fue la primera
experiencia homosexual que tuve conscientemente aunque jamás repetí con él.
Koldo y Juan Carlos siguieron viéndose conmigo después de esa noche y seguimos
saliendo varias veces dando rienda suelta a la diversión sin prejuicios, hasta
que conocí a una chica amiga de ellos mismos y me fui paulatinamente separando
de las salidas a los entornos gays.
¡¡¡¡NUEVO RELATO!!!!: Reencuentro con mi amor adolescente