El gran tío Paco

¡¡¡¡NUEVO RELATO!!!!: Reencuentro con mi amor adolescente

Desde que mis padres se separaron el tío Paco era el único contacto que mi mama mantenía con la familia de su ex, fue el único que permaneció a su lado cuando hubo la gran discusión en casa de mi abuela.

- Dejo a su hijo porque es un puto sinvergüenza. Ni se las amantes que tiene y el muy caradura pretende hacérmelo ver normal, que es hombre y siempre ha sido así…. Señora ni se atreva a juzgarme, en todo caso reprenda a su hijo.. Mi madre se hartó y me tragué toda la pelea que hubo sentado a la mesa con apenas 12 años.

- Jhoana son hombres, hay que saberlos entender. Dedícate a criar a tu hijo y que el mío se encargue de llevar el dinero a la casa. Mi abuela, de mente antigua, seguía defendiendo a mi padre a pesar de todo.

El tío Paco no aguantó oírle decir eso a su madre y tuvo que interceder:

- ¡Mama no puedo creer lo que te estoy oyendo decir! ¿De modo que tu marido hacía lo mismo?

- Tú cállate y no te metas, que no quiero hablar.

Mi abuela no podía soportar que mi tío fuese homosexual y estuviese orgulloso de ello, siempre creímos que lo aceptaba porque tenía mucho dinero y eso suavizaba la afrenta de su gusto por los hombres.

Antes de terminar su ingeniería entró en los talleres de mantenimiento que la aerolínea KLM holandesa tenía en la ciudad y con el tiempo había llegado a ser una de las principales cabezas visibles de la aerolínea en el país. Ganaba mucho dinero y su estatus social era alto.

- Vete de esta casa Jhoana, aquí sólo te van a dar amarguras, mi madre es de la antigua escuela y jamás va a entender que te separes de mi hermano, yo traeré a Jesús para que mi madre lo vea de vez en cuando.

El tío Paco mostrando indiferencia hacia su madre sentenció lo que hicimos durante bastantes años hasta que por mi propia decisión dejé de ir a ver a la abuela. Sus lavados de cerebro contra mi madre y mi tío no pude aguantarles en cuanto tuve uso racional de mi mente.

En el juicio que mi madre le siguió a mi padre el tío Paco se ofreció como tutor para que su hermano no consiguiera ningún tipo de ventajas por mi custodia, solamente lo estipulado por la ley, realmente lo detestaba. Desde ese día jamás se volvieron a dirigir la mirada, lo que para mi padre fue un alivio, tampoco soportaba, según el, la vergüenza de tener un hermano gay.

- No os preocupéis por mí, os aseguro que podré vivir sin tener que soportar al imbécil  de mi hermano, y ahora nos vamos a mi casa, quedaros allí un par de días para descansar de todo este jaleo que habéis pasado. Tranquilizó a mi madre de la culpabilidad que sentía.

El par de días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, el tío no quería que nos fuésemos aunque mi madre no paraba de recordarle que algún día tendríamos que comenzar nuestra vida solos y sin su protección. Ese día llegó cuando mi tío le pidió a mi madre que pasásemos la noche en nuestra casa porque había organizado una fiesta bastante fuerte para que yo estuviese por allí deambulando, no lo veía apropiado.

- Paco, vamos los viernes y nos quedamos todo el fin de semana. No quiero que Jesús se acostumbre a esa buena vida que lleva ahí. Mi madre pretendía convencerlo sin éxito.

- No entiendo como teniendo la oportunidad no la aprovechas Jhoana, merecéis algo mejor y lo sabéis, el niño no tiene porque pagar que mi hermano sea un desgraciado.

Mi tío y mi madre se adoraban desde el primer momento que se conocieron, siempre iba a las fiestas que organizaba sola, mi padre nunca acudió a una de esas fiestas para “degenerados” según decía, pero de vez en cuando tenían desencuentros sobre todo por la diferencia de ritmo de vida que podía llevar cada uno, aunque mi madre siempre claudicaba a la elocuencia del tío Paco.

Fueron pasando los años en el mismo tira y afloja entre mama y el tío discutiendo lo que era mejor para mí, todo se reducía a eso. Con 16 años yo no entendía mi vida sin alguno de los dos y pasaba largas temporadas en la que consideraba mi casa, sobre todos los veranos en vacaciones, la gran época de fiestas con todos los amigos del tío.

Gente de todas las edades y clases sociales, pero todos tenían en común lo mismo, eran como mi tío, grandes, fuertes, robustos… nunca vi en una fiesta lo que entendíamos por  el típico gay.

En las fiestas el denominador común era terminarlas todos en la piscina con un baño para rebajar las borracheras de tanto licor que mi tío ponía en la caseta-bar para deleite de todos. Era la parte que más me gustaba, todos esos grandes cuerpos en bañador marcando unos bultos que quitaban la respiración. Ya me iba fijando pero nunca me paré a pensar que yo también sería homosexual.

En una de las fiestas el tío no me quitaba ojo de encima mientras hablaba con mi mama, estaban hablando de mi claramente y me estaba haciendo sentir incomodo cuando uno de los grandes amigos del tío llegó con dos copas de ron con cola y una era claramente para mi.

- Siéntate Jesús. Tu mama está preocupada por ti. Andoni abrió la charla con algo que sabía desde hace tiempo.

- No se porqué… disimulé.

- No te hagas el tonto conmigo, que te conozco desde que eras un niño y ya tienes 18.

-¿Por donde vas Andoni?, no te pillo.

- Te quieren hablar de sexo y seguro están discutiendo entre ellos para ver quien lo hace.

- Ja, ja, ja, ¿ahora?,¿eso lo tendrían que haber hecho hace mucho no crees? Yo seguía envalentonado rehuyendo el tema que sabía querían hablarme todos.

- Jesús, no juegues conmigo ¿vale? Su voz se puso seria. Conmigo puedes hablar tranquilamente, siempre lo has hecho.

- ¿Que quieres, que te diga que soy homosexual? pues sinceramente no lo se Andoni. Sí he  tenido  escaramuzas con hombres  y con mujeres. ¿Es lo normal a mi edad no? Salí airoso de la conversación aunque sabía que no era suficiente.

- Yo no te quiero interrogar, solo quiero que sepas que aquí estoy si necesitas hablar con alguien que no sea tan cercano. Su ofrecimiento lo agradecí con una sonrisa sincera pues sabía que era el ojito derecho de los amigos más cercanos del tío, siempre fui un juguete que deambulaba por la casa en medio de todos.

La charla con mi tío al día siguiente fue mucho mas seria, salí a la piscina a desayunar con el mientras mi madre se recuperaba de la fiesta de anoche.

- Jesús tarde o temprano tenemos que hablar, o sea que cuanto antes sea mejor. El tío comenzó directo para seguramente no arrepentirse, el también estaba nervioso.

- Hay que ir pensando ya en la universidad Jesús, a tu madre y a mi nos gustaría que fueses a Valencia a estudiar, en vez de quedarte aquí, la facultad de arqueología tiene mas prestigio y tengo un apartamento pequeño allí que puedes utilizar durante la carrera. Que vayas solo te va a venir muy bien cariño y siempre podemos ir a verte cuando queramos, igual que tu puedes venir con el bono familiar por la compañía, te meto en mi grupo como tutor y los billetes te salen muy baratos. ¿Tú que piensas?

Ya lo tenían todo pensado y organizado, lo que me daba rabia, pero el plan era estupendo a pesar de molestarme el que no lo hubiesen consultado conmigo antes, bueno pensé, lo está consultado ahora.

La conversación no tomaba los derroteros que yo imaginaba, que equivocado estaba, cuando me fijé que el tío aún mantenía la erección mañanera bajo su bañador. Inconscientemente mi mirada se quedó fija mirando semejante bulto sin darme cuenta que mi tío estaba igualmente mirándome sin pestañear esperando mi respuesta.

- Sí tío, creo que sería bueno irme a Valencia, me gustará estar en una ciudad grande. Aquí creo que estaría muy distraído con los amigos de siempre.

Su cara de alivio por mi respuesta lo relajó y una sonrisa de confianza surgió, la sonrisa con la que podría conquistar a cualquiera.

- ¡Y ahora hablemos de esto! Su mano fue directa a agarrarse su paquete de una forma brusca y morbosa a la vez.

- ¿A que te refieres? Mi sorpresa se notaba en mi cara, pero no podía dejar de mirar el tremendo bulto.

- ¡No me trates como si fuese uno de tus amigos!

Mi error siempre fue evitar las ocasiones comprometedoras huyendo inocentemente pero era la hora de no evitar nada más y afrontar las cosas como una persona adulta.

- Soy homosexual tío. Me gustan los hombres mucho, aunque también he tenido escarceos con mujeres, pero no me llenan. Disfruto mucho viendo a tus amigos y siempre estoy deseando que hagas fiestas para verlos en bañador. ¡Ya está, ya lo he dicho!

- Mi amor, con un aire paternal se me dirigió, ya lo sabíamos pero queríamos que fueses consecuente y coherente contigo mismo, y me acabas de demostrar que lo eres. Estoy orgulloso de ti, y tu madre seguro que también.

- Tío, aprovechando que estamos hablando seriamente quería agradecerte todo lo que has hecho por mi mama y por mí desde la separación. Quiero que sepas que para mí siempre has sido mi verdadero padre, te quiero. Me sinceré en un ataque de agradecimiento que jamás había experimentado con mi tío.

Sus ojos se pusieron húmedos abrillantados al oírme decir eso sin dejar de mirarme admirado, me levanté y lo abracé como jamás lo había hecho en un reconocimiento que ni yo sabía que sentía hacia el, le besé su cada vez mas evidente calva mientras sus manos rodeaban mi cintura.

- Ya maricón, que me vas a hacer llorar. Como siempre en situación sentimental sacaba alguna frase chistosa para quitarle solemnidad al momento.

- Escúchame bien lo que te voy a decir, quiero que lo recuerdes siempre ahora que has aceptado tu condición. “Respeto, responsabilidad y condones”.

Mi madre llegó en ese momento sin haberme dado cuenta de donde salió, me beso amorosamente en la cabeza y sin decir nada se puso a degustar la abundante mesa de fruta que ocupábamos.

- Jhoana, mañana tengo fiesta otra vez, pero me voy a casa de unos amigos, Jesús se viene conmigo. ¿Tú quieres venirte? Era su forma de decirle que no quería que viniese.

- No, ir vosotros, yo ya tuve bastante con la de anoche, pero cuídamelo. No se si entendió el mensaje o realmente estaba cansada.

Fue raro, admití mi homosexualidad con naturalidad, aunque no sin esfuerzo y me sentí todo el día extraño, pero a la vez como si me hubiese quitado un peso de encima.

En la noche fui al cuarto del tío y mi mala ecuación salió a flote al abrir la puerta sin tocar antes, me lo habían dicho mil veces y no aprendía. El tío estaba masturbándose bajo las sábanas y cortó en cuanto me vio.

- Perdona, no sabía… Me quedé sin palabras.

- Ven, cierra la puerta. Dijo con una expresión de cabreo.

No sabía que hacer, yo realmente quería ir pero no sabía si lo decía en serio o era producto de su sarcasmo por haberlo pillado.

- ¿Te vas a quedar ahí pasmado?

- Lo siento, quería sólo darte las buenas noches, hoy ha sido un día raro para mí.

Su expresión se suavizó y me invitó a sentarme en su cama. Su erección era evidente debajo de las sábanas y mientras hablaba con él no podía dejar de mirar.

- Venga, termínamela, que estaba ya a punto. Que se que lo estas desando.

Sacó la sábana para dejar al descubierto una inmensa verga ya humedecida que desprendía un aroma inconfundible. No me limité a tocarla, en un descuido de goce de mi tío la metí en mi boca succionando lentamente. Ya no pudo reaccionar y se abandonó al éxtasis que mis labios le estaban proporcionando.

Con sus manos quiso apartar mi cabeza de su verga para eyacular, pero no lo permití, sentí todo su semen llenando mi boca aunque lo que más disfruté fue comprobar el placer que le hice sentir.

- Jesús, esto no va a volver a pasar jamás. ¿De acuerdo? Dame un beso y vete a descansar. Mañana la fiesta promete mucho y tenemos que ir descansados. Por cierto, eres un jodido dios chupándola.

Me retiré a mi cuarto totalmente orgulloso de mi mismo por las palabras del tío y realmente satisfecho por haberle devuelto algo de todo lo que había hecho por mí.

¡¡¡¡NUEVO RELATO!!!!: Reencuentro con mi amor adolescente