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El colmo del narcisismo

lunes, 31 de marzo de 2014

En la Navidad del 99 me lo propuse al fin, voy a ir al gym a ponerme en forma de una vez. Todos mis amigos iban y yo estaba con la vaguería muchos años sin hacer nada de deporte.

Pasaron semanas para entablar conversación con alguien, se veían muy metidos en sus ejercicios y yo nunca quise molestar ante tanto esfuerzo. Cuando eres nuevo la gente te mira con escepticismo y expectación como preguntándose entre ellos cuanto durará éste aquí.
La verdad que fui muy constante y el respeto de los demás me lo gané en poco tiempo, no fallaba a una sola sesión que me tocaba, incluso había días que tenía síndrome de abstinencia por ir y me acercaba un par de horas aunque no fuese mi horario.

Toño fue de los primeros en ayudarme a realizar algunos ejercicios e incluso participaba activamente en mis ejercicios animándome a terminar todas mis series, obviamente yo hacía lo mismo con él, aunque sus ejercicios eran muchísimo mas exigentes que los míos. Participaba en competiciones de fittnes para aficionados y su cuerpo estaba realmente bien entrenado.

Llegué a acostumbrarme a ver normal las sesiones de espejo que la gran mayoría de compañeros de horario hacían, era algo que al principio no podía soportar, pero que hasta yo ya empezaba a mirarme comprobando después de cada ejercicio mis progresos.

Toño y yo siempre terminábamos al mismo ritmo nuestros ejercicios por lo que casi siempre coincidíamos en los vestuarios para la ducha en incluso alguna vez coincidimos en el spa para darnos unos baños de vapor.
Le gustaban que lo mirasen, eso estaba claro, pues era de los pocos que se duchaba con la puerta abierta regodeándose de su cuerpo cuando había alguien en el vestuario. Para mí era un síntoma inequívoco de que “entendía” y poco a poco fui ilusionándome en comerme a ese muchacho algún día.

El día a día fue creando una confianza en la que nos contábamos confidencias cada vez mas ocultas y mientras se duchaba empezó a ver normal que yo estuviese en frente cambiándome o preparándome para ducharme pues seguíamos con la charla como si tal, pero mis ojos no podían separarse de su hermoso cuerpo y sobre todo de un trasero tremendamente parado. Se dio cuenta muchas veces de mis miradas pero no hacía ningún ademán de ocultarse lo que alimentaba mi confirmación de que al chico yo le gustaba.

Ya cansado de tanta insinuación sin respuesta una de las tardes que quedamos, como muchas veces, solos en el vestuario y dentro de las conversaciones que teníamos le dije claramente que yo era homosexual y que si le importaba.

- Ya lo sabía desde el principio, no te preocupes, tus miradas te delatan.
- ¿Y no te sientes incómodo con las miradas?. Insistí para ver si la conversación llegaba hasta buen fin.
- Estoy acostumbrado, llevo muchos años en esto, al principio si me molestaba pero ahora es algo normal con lo que convivo, incluso ahora me gusta mucho que me miren… y que me toquen. Su explicación la tomé con un buen principio.
- ¿Qué te toquen también?, ¡haberlo dicho hombre! Ja, ja, ja. Porque ese cuerpo es para disfrutar tocándolo.

Entró en la ducha dejándome en mis lucubraciones y fantasías, si le gusta que lo toquen quiere decir que también es gay, quería auto-convencerme yo mismo.

- ¿Te molesta que te mire mientras te duchas?. Me atreví a proponerle.
- Claro que no, puedes mirar lo que quieras… y si te apetece me puedes enjabonar. Dúchate conmigo.

La boca se me hizo agua sólo de pensarlo y sin dilación me desnudé dispuesto a disfrutar una rica ducha que imaginaba como terminaría. Antes de entrar aseguré la puerta del vestuario que teníamos, pues aún cabían cuatro personas mas y no quería interrupciones.
Empecé por la espalda a llenarle de jabón con verdadero placer, él no parecía tener ninguna reacción fuera de lo normal, siguiendo por el cuello y masajeándole los hombros. Ahí si empezó a estirar su cuello hacia atrás disfrutando el masaje que le estaba haciendo cuando fui bajando hasta llegar al principio de ese trasero tan vicioso que me había imaginado mil veces.

- ¿Quieres también que te enjabone ahí? Refiriéndome al trasero.
- En todos sitios, no te cortes que me gusta. Esperaba esa confirmación y al fin llegó.

Mi erección era ya tan evidente que tenía que retirarme hacia atrás para no rozarle las nalgas que tanto estaba manoseándole, pero Toño no hacía ningún gesto que me indicara que iba a responder a mis toqueteos.

- ¿No te gusta?, si quieres lo dejo… Rezaba por que no lo dijese.
- Me gusta mucho, no pares, pero es que sólo me gusta que me toquen.

En mi foro interno estaba convencido de que en algún momento Toño respondería a mis provocantes jugueteos con mi dedo en su ano y proseguí esperando el momento en que lo hiciese. Le di la vuelta para comenzar por la parte delantera y su polla estaba en semierección todavía por lo que me perdí enjabonando sus gran pecho durísimo con unos pezones tremendamente parados.
Al llegar a sus ingles soltó una sonrisa de placer que me invitaron a sobar su buena verga sin ningún miramiento.
Producto de la paja disimulada que le estaba dando su verga se empalmo completamente e hice el gesto para bajarme y saborearla pero me frenó en seco agarrando mi cabeza.

- Sólo me gusta que me toquen. No me gusta tener sexo. Disculpa si te he confundido.
- ¿De verdad no quieres que te la chupe?. No daba crédito.
- No me gusta.
- Pues yo estoy súper caliente. Voy a tener que masturbarme para bajarme el calentón. Dije con mi mejor sonrisa.
- Pajeate, que no te de vergüenza.

Dentro de la ducha con un tío así fue muy fácil llegar al éxtasis, sólo mirándole el trasero mi polla explotaba, hasta que explotó. Toño me miró satisfecho y continuó con su aseo personal.

Repetimos infinidad de veces con la vaga esperanza de que algún día tendría algo mas, pero a lo máximo que pude llegar fue a masturbarme entre sus nalgas mientras yo lo masturbaba a él, y sí, se corrió con gran placer.

Tuve que dejar el gym porque empezaba a traumarme la situación, pero sigo acordándome frecuentemente del colmo del narcisismo que sufrí y disfruté.

Y vosotros, ¿habéis tenido alguna situación tan rara?.





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